¿Vamos a caminar?

Estas noches de mucho frío me provocan unas ganas terribles de salir a caminar, casi desesperadas y más de lo habitual. Siento que cuando se congelan las pestañas los pensamientos fluyen con mayor raìdéz. Se enroscan como nudos y madejas de lana y paradojicamente, los entiendo mejor. Sincronizar los pasos me resulta un juego divertido pero termina rápido. El aire entra y sale hirviendo como vapor, dibuja formas en el espacio que me rodea/nos. No entiendo los roces. No siento las manos moradas. Tampoco los pies, que parecen congelarse cuanto más sopla el viento. Camino por inercia, como si un paso llevara al otro y por arte de magia me muevo/nos. Con los ojos cerrados se enfrían los pómulos. Las manos gritan y no alcanza el abrigo. Y las ideas... firmes revolotean como pájaros por mi cabeza, sometiéndose al análisis vertiginoso que les ofrezco. Puedo ver todo bastante claro. Con un remolino de viento se acomodan las ondas sobre mi nuca/tu mano. Hay dos pequeñas luces que brillan en mis ojos . Es increíble pero tanto frío me desespera y lo único que quiero es seguir caminando, como si me impulsára a continuar a ritmo para llegar a donde sea/seamos. Después...

.La Vida Es.