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Fue ese momento en que lo vio irse. Era un manojo de ideas caminando y estaba levemente despeinado. Levemente. Caminaba pausado, corría las piedras que marcaban el camino con la suela de sus zapatos. Ella se sentía así. Vacía, vacía bien. Con la tranquilidad de haber dicho todo y no tener nada en las entrañas. Positivamente vacía. Dio media vuelta y emprendió el camino a casa. Le tentaba en cierto punto girar la cabeza y ver el andar, pero pudo mantenerse en orbita. Respiró, eso fue lo que hizo, respirar. Llenó de aire sus pulmones y luego los vació. Comenzaron a temblarle las manos, pero a no preocuparse, era todo producto de la descarga de los nervios contenidos. Es una persona nerviosa, sí. Quienes la conocen no tienen duda de ello. Cuenta con la insoportable insistencia del sentimiento. Acumula, acumula, y que lástima que acumule tanto. Que pena que así sea. ¿Es demasiado comprensiva? Quizás. Quizás cuando no la lastiman.
Continuaba caminando, adora caminar bajo la lluvia y sentir el fresco de las gotas en la cara. Mirar hacia el cielo, respirar el aire y empaparse. Cerrar fuerte los ojos y perderse. Seguía el sendero. Hubo una brisa que la sorprendió de repente. Vino de atrás, la envolvió, se doblo sobre ella y la despeinó. Inmediatamente traicionó sus ideas y dio un giro de ciento ochenta grados. Ya se había ido. Que rápido se había ido. Que alivio.
Al llegar a destino le sorprendió un mar. Terrible, la bañó por completo. Se encontró con una insoportable fatigación. Se acordó que lo importante era respirar… respirar y respirar. Cerró los ojos colmados y durmió.

... La Vida Es Arte ...

Siempre lo pensé, la vida definitivamente es un arte. Cada día que pasa lo puedo ver más claramente. Y también es increíble como escribo y me expreso mejor cuando hay momentos que me inspiran.