lunes, 16 de febrero de 2009

Sobre una de mis obras

Deambula por la pintura. No se conoce su destino, ni dirección.
Carece de forma, carece de proporción.
Camina enfundada en un manto de soledad.
Envuelta en una inmensidad ultramar.

De repente, gira su cabeza para mirarme y, desesperada, me pregunta quién es, hacia dónde se dirige, cuál es su destino. Impactada y titubeante le dije que no tenía respuesta para ninguna de sus preguntas, que no lo sabía. Que tuvieron que pasar dos meses desde su aparición sobre el papel, para darme cuenta de su pobreza.
Enojada, volvió su vista a donde antes se encontraba, observando su camino. Ese que ni ella ni yo conocemos, que es incierto.

Así como la hice salir en ese entonces de su guarida para escapar del soporte, la obligué a entrar.
Y es el día de hoy que allí continúa... encerrada en una carpeta de cartón.

Lamentablemente no cuento con la imagen de la obra a la que hago referencia con estas palabras. Pero quería transmitir como la siento, al verla después de tanto tiempo.

... La Vida Es Arte ...

2 comentarios:

Duncan de Gross dijo...

A mi lo que dices me ocurre muchas veces cuando escribo, me pongo, y cuando llevo 14 folios de un relato, cuento o libro recién comenzado, me dice la obrita: ¿Dónde vamos?, y la dejo aparcada un par d días, semanas... La vuelvo a leer y sé justo donde vamos esta vez... Un besotazoooo!!

clariana dijo...

Me gusta este relato que explicas de una obra tuya, es lástima que a veces por el paso del tiempo, o por estados anímicos, queda atrás aquel dibujo o aquello que una vez realizamos y no lo hemos conservado, no dándole importancia y luego en un futuro nos sentimos nostálgicos por ello y lo recordamos. Gracias por ponerme en tu lista. Saludos.