Autorretrato Lápiz sobre papel
20cm. x 29cm.
***
Así que agarré las llaves y salí. Uno de esos momentos en los que parece que si un poco de aire fresco no te invade la frente, la cabeza sencillamente va a explotarte. Los ojos aguados por el viento que choca. Gotas, una breve llovizna que no iba a impedir ni obligarme para nada a volver.
La verdad que parece y cada vez siento más que lo tan simple que pido, busco o intento, termina convirtiéndose en lo más complicado del universo. Llegá un momento que me cansan bastante los tiempos, sus tiempos, mis tiempos y los tiempos de los demás. Que obliguen a los tiempos, que quieran cambiarlos, creyendo que justamente el poder que tenemos sobre él, resulta superior al suyo sobre nosotros... y ninguno está excento. Creo que no tengo ganas de cantar otra vez la misma canción con otra melodía. Porque cambia la melodía, pero la letra y la esencia es la misma, y hablar con la pared, remar en contra del viento... Hace mucho me dí cuenta de todo lo que me hace feliz y me pone contenta, de saber por qué cosas no hacerme tanto problema. Creo que, hablando del tiempo, regalé demasiado en cosas que no valían la pena, tal vez lo malgasté. Lo perdí, y costó darme cuenta pero realmente es así. Hay cosas con las que pierdo constancia a pesar de toda la buena voluntad e intento que ponga sobre ellas y me molesta, pero por suerte son las menos. Sé que hay gente a la que desearía no ver nunca más en mi vida, y otras que ojalá no se vayan nunca. Creo que es un gran problema el del hombre en general sentirse sólo algún momento aún rodeado de gente. Y pasa... estos días estoy terriblemente cambiante. A veces quisiera un abrazo distinto a los que recibo a diario y no decir tantas palabras en vano. Porque sé que en lo poco hay mucho y que detrás hay algo más.
Cuando llegué me dí cuenta de que me había ido muy lejos y saqué algunas ¿conclusiones? Me dolían mucho las piernas, no había salido a las avenidas, preferí el silencio de las calles. Fue todo un zig- zag, nada concreto. Había caminado tanto que ya no sentía el frío. Sólo esperé para cruzar la calle unas tres veces, no había escuchado casi nada y tenía todos los pensamientos e ideas mezcladas, al igual que este texto. Pero necesitaba caminar y también tengo muchas ganas de hablar.
La vida Es