Óleo sobre tela
50cm x 60cm.
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Cortes, cortes, cortes. Treinta y ocho suspiros para una noche desvelada, que es poco siendo mucho. Todo lo que ví flotando en el aire lo hice propio, al menos a mi me sirve.
Espero el momento de caminar otra vez por esas calles tranquilas, caminar oyendo paz. Quiero atenerme, las consecuencias no me pueden afectar, las ideas ya no pueden pasar. ¿Las bombas? Están pero ya casi ni las siento, tampoco las escucho, y muy poco las veo. En nada me afectan... La conciencia cuando está limpia no molesta. Aires de libertad, para vivir...