domingo, 22 de noviembre de 2009

Vísperas

Tras la plaza vacía por la lluvia, los puestos desamparados y deshabitados. Sólo quedaba un puestero que ordenaba los elementos sobre la mesa bajo la llovizna; al levantar la cabeza hizo un gesto facilmente interpretable como un "hasta luego" que le fue correspondido. Era bruma, era poco, era nada... y sin embargo era mucho. Se quedaban atrapadas en las pestañas y no se podían deslizar. Caminar sobre las baldosas enterradas se hace dificil en dias como éste. Pensando, superan las ganas que tengo de que nunca se termine Noviembre, que no se pase. Sería demasiado evaluar y sentir que los meses más que meses fueron rayos. Lo pensamos como algo lejano y sin embargo hablando, todos nos damos cuenta de que el tiempo no es proporcional al pensamiento. Cosa que un poco asusta de acuerdo al cuándo, el cómo y el por qué. Levantar el tubo y colgar porque no hay, hablar y caer en que ya no. Que las reuniones van a cambiar, el clima se va a olvidar, de repente nos achicamos más.
-"¿Vos no usas paraguas?"
No le contesté, no le puedo decir que prefiero mojarme bajo la lluvia y no perder la visual.

3 comentarios:

ion-laos dijo...

Da vértigo pensar en cómo pasa el tiempo...y nosotros con él...
Mejor mojarse y que nada te impida ver el horizonte.

Un besito y pasa una buena semana

Alan dijo...

:DDD
Buenísimo.
Y las plazas solas con lluvia te hacen ver mejor, en mi opinión. Después lo hablamos :)

clariana dijo...

A mí también me gusta mojarme bajo la lluvia, cuando ésta es suave. Me da una sensación especial, como de energía, de renovación...
El tiempo me pasa deprisa, pero reconozco que hay momentos o etapas en que me ha parecido eterno, depende mucho de los estados de ánimo, de tus circunstancias. Es reconfortante leer tus textos, gracias. Un beso.